Desde hace ya algunos años vengo participando en proyectos que se acompañan, se transforman o se fusionan en simbiosis usando varias artes, utilizando principalmente lo escrito, la música y lo pictórico, y partiendo cada vez de un material distinto o, como hice en mi musiconovela corta Sonata para Ydnic[>], trabajándolo todo a la vez. Y si bien a menudo había dos e incluso tres autores implicados, ninguna de éstas se puede considerar como una obra colectiva ya que la factura consecutiva de cada una de las artes y la intención distinta de cada uno de los autores en su momento no iba encaminada a que el resultado fuera precísamente ése. Por ello lo que propongo a continuación tiene la idea de hebra artística en la que se enrollan texto, música e imagen para un resultado colectivo y único.
Igual que el resto de imágenes de este artículo, es la portada provisional del
conciertomusical "Espacios" creado a partir de otros espacios minimalistas
en los que aparecenobras de los escultores Donald Judd y Carl Andre
Los participantes mínimos son seis escritores (quedan aceptados los poetas), un artista visual 3D (que domine el uso de programas como Blender y After effects) y un compositor (que siendo yo mismo además haré de director artistico para coordinarnos). Se admite la entrada de más escritores (que trabajarían juntos si se ponen de acuerdo) y de más artistas visuales, por lo que no creáis que por partir de un número reducido os quedáis automáticamente sin plaza; los que me conocéis me podéis contactar por cualquier vía y los que no, mostrar vuestro interés en los comentarios de este mismo artículo.
Pero pasemos a explicar de qué va el proyecto:
Imaginad una habitación con la forma de un cubo y que vosotros estáis dentro. ¿Qué hay dentro? Todavía nada; un espacio, pero vacío. Así que vamos a llenarlo.
Ésta es la premisa de la que parte esta obra de arte. Cada uno tendréis asignada una pared de ese cubo (seis lados) y desde la perspectiva de la habitación que decidáis tomar describiréis con texto e imagen (a los que se une la música) lo que llena ese espacio frente, dentro, hacia, desde, etc. la pared a la que se dirige vuestra visualización. Si sois muy minimalistas puede que sólo esté el muro de hormigón, iluminado, y sea la propia simplicidad de lo que habléis, otros querréis mover la luz poniendo las ventanas a vuestro gusto, e incluso mover las ventanas o focos a través del espacio, otros derretiréis la pared, la convertiréis en un espejo, veréis en ella o tras ella... y la mayoría hablaréis de lo que os hace sentir esa pared, esa habitación, el ambiente que habéis creado para ella, el espacio, en resumen. Y la suma de todo eso será Espacios, como un caleidoscopio, o como la idea de la hoja en blanco antes de ser escrita convertida en un espacio tridimensional.
Es decir, que estaréis describiendo lo que imagináis y sentís a partir de una habitación vacía pero con un condicionante etereo-espacial: la huella que dejó el que construyó la habitación. Los escritores partiréis de la música asignada a cada pared (y la música a su vez parte de la huella de espacios minimalistas de autores consagrados) y el artísta 3D lo hará de la descripción escrita y la música para plasmarlo.
Gracias a la ambigüedad, al amoldamiento o al contrapunto que podáis hacer con la música, podréis tener un espacio relativamente definido: 10 minutos exactos en cada parte que se han de traducir en 600 palabras exactas (a las que le podréis añadir anotaciones cinematográficas para el vídeo); el idioma utilizado será el castellano.
¿Por qué? Porque es un cubo y todos sus lados tienen la misma superficie (si no cada uno nos saldría de una extensión distinta). Y diez minutos durará cada corto (una hora en su totalidad si lo consideramos un largometraje), en el que quedará plasmado con fluídos, formas, luces, sombras y otros elementos, junto con texto en pantalla y/o voz-in off, más la música, cada visualización.
Entonces, ¿cuál sería el resultado final?
Una serie de cortos (o un largometraje) artistico que podamos exponer en canales como Youtube o enviar a certámenes. En el caso de Youtube, los textos irán incorporados también en la descripción del vídeo. Los derechos de autor serán individuales sobre las partes de la obra (imagen, textos y música por separado) para su reserva y los créditos específicos al inicio y/o final de la obra.
¿Y la forma de hacerlo?
Actualmente llevo hecho más de la mitad del concierto "Espacios" y voy a dejar abierto el casting de escritores hasta final de Junio, cuando creo que estará terminada la parte musical. Una vez con eso, daré todo el verano de tiempo para que se haga la parte escrita (en realidad 600 palabras se pueden escribir en un sólo día sin problemas pero así hay tiempo para reescribir, mejorar y lo que haga falta) y una vez esté todo esto, si hemos conseguido a alguien dispuesto a hacer la parte visual, se empezaría a hacer todo lo demás, que costaría mucho más tiempo, comprensiblemente, aunque siempre dependerá del nivel de dificultad que haya adquirido la obra. En el caso de que pasase un año sin lograr a nadie dispuesto a hacer la parte visual (aunque sea de forma alternativa), se pasaría a distribuirlo de otra forma como, por ejemplo, en disco digital con los textos en el libreto más versión grande en .pdf con información sobre los autores.
Como director artistico me reservo el derecho de aportar o no dinero para el desarrollo de la obra (la intención inicial es que sea un proyecto gratuito durante su realización) aunque si uno de los miembros del equipo convence al resto y dirige una campaña de crowdfunding, será bienvenido.
Y como muestra de la música sobre la que trabajariáis pongo el siguiente enlace a continuación. Podéis invitar también a amigos a los que les pueda interesar participar pero pido, en cualquier caso, una pequeña muestra para comprobar, simplemente, que se ha entendido el proyecto y que la calidad tiene unos mínimos. http://felixroyo.bandcamp.com/album/espacios
Entramos en la recta final de la exposición de la Banda sonora El camino de baldosas amarillas, que se podrá seguir comprando hasta finales de este mes y que luego sólo estará disponible (de forma gratuita) para la retransmisión radiofónica.
Y durante este mes y hasta fin de tiempo y
existencias podrás disfrutar de una increíble oferta de compra (vaya,
que si no te haces con ella ahora no podrás tenerla nunca ni mejor):
¿Cómo? Cuando la compres tendrás opción de enviar un mensaje
privado al autor y allí podrás incluir un email de contacto para que
te enviemos el código gratuito de descarga de la segunda copia.
De lo acontecido durante estas últimas semanas cabría destacar una última reseña del disco (AQUÍ->OCIOZERO), una interesante entrevista al autor (AQUI->ATHNECDOTARIO INCOHERENTE), un análisis muy bien detallado por parte de Jorge Lara Gómez (AQUI->FANTASYMUNDO) y el concurso en cinco fases que hemos hecho en la página de Facebook de la novela y que ha tenido una treintena de ganadores.
Además os guardábamos una sorpresa más de despedida, una versión exótica de Agnus que sólo podrás escuchar aquí porque no viene en el disco (de alguna forma teníamos que premiar tu atención). Se trata ni más ni menos de una versión para violines erhu, glockenspiel y piano. Espero que la disfrutéis.
ÚLTIMAS NOTICIAS: Se ha añadido un bonus track de descarga gratuita al disco.ESCUCHAR AQUÍ.
El pasado 5 de diciembre salió a la venta tanto la novela como la banda sonora de El camino de baldosas amarillas. Como del libro se ha hablado mucho y podéis acceder a más información en los links que pondré al final, voy a hablar de la banda sonora, de la que soy yo mismo su autor.
Se trata de un concierto de una hora de duración, de música programática que va desde lo neoclásico a lo vanguardista y que está perfectamente relacionada con la novela, aunque eso no impide en absoluto que se pueda escuchar individualmente sin problemas. Todos los temas han sido compuestos de propio para esta banda sonora de carácter sinfónico que juega con distintas agrupaciones instrumentales dentro de la orquesta.
Y se puede comprar a muy bajo precio, del 9 de enero a final del mes por sólo dos euros y medio gracias a las Rebajas, como descarga única y directa, tengas paypal o tarjeta de crédito.Rápido, seguro y sencillo.¿Dónde? En la siguiente página:http://felixroyo.bandcamp.com/
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UNA BREVE HISTORIA
DEL NACIMIENTO
DE ESTA BANDA SONORA
Era el 26 de Octubre de 2012 cuando el escritor Juan de Dios Garduño me envió un sencillo mensaje de correo: "Te quería proponer una cosa. En aproximadamente un mes y medio sale a la
venta mi nueva novela: El camino de baldosas amarillas. Estoy hablando
con la editorial de hacer algo especial, y pensé en ti". Así es como nacen los grandes proyectos.
Yo conocía a Juande desde hacía unos pocos años y no mucho antes habíamos colaborado con un booktrailer para otro libro suyo, que yo musiqué entonces. Tengo la suerte de estar en contacto con algunos de los mejores escritores españoles de mi generación y algunos hasta son mis amigos, lo que vaticinaba algo así en cualquier momento. Además había hecho ya bandas sonoras de menor duración para dos libros de Juan Ángel Laguna, y más música para relatos.
De todas maneras, uno es valiente cuando se embarca en un proyecto como una banda sonora sin duración determinada (y que finalmente terminaría siendo de una hora, o de hora y media si incluímos lo que se quedó fuera) teniendo apenas un mes por delante y sin conocer la obra literaria. Para un desconocedor de la materia, un mes le puede parecer mucho o poco pero, si lo comparamos con un compositor para cine, que normalmente cuenta con arreglistas y el asesoramiento de sus colegas, esto era como construir una casa uno solo. Así que era una tarea contrarreloj, compleja y, además, con las limitaciones obvias, como que yo no dispongo de una enorme orquesta y coro (tranquilo, la mayoría de los videojuegos tampoco y tienen sus bandas sonoras también), sólo de mis conocimientos tanto musicales como de técnico de sonido, de un buen equipo y de los mejores programas que el dinero pueda comprar (y que no amortizaré en la vida).
A esto se suma que la editorial no es un gigante y que, dada la precariedad del propio mundo artístico, ya no es que no pudiesen dar su visto bueno a un "producto" antes de estar acabado, es que no podían financiarlo de ninguna manera. Así que el sello y partner desde luego aparecen en el disco ya que no podría ser más oficial sobre el libro pero, en definitiva, si el público, que es el que va a disfrutarla, no compra la banda sonora... las notas no se comen. Y la banda sonora se acabó a tiempo, pese a que la salida de la novela se adelantó, estuvo en el último momento porque, al final, de día componía y de noche corregía. Ah, lector, y los problemas que surgieron: problemas con iTunes (lo caro y difícil que es publicar en la Apple Store), problemas con el audio, problemas para dormir. Pero el resultado, por los comentarios, es bueno y recomendable, algunos de los cuales pongo a continuación en estas reseñas, para luego ya meterme en harina y explicar, uno por uno, los diversos movimientos del concierto, donde descubriréis los principales mecanismos de la música y de la novela, lo que en resumen es una obra de arte.
La
primera pieza, la Obertura, debía ser un manifiesto del lugar (España), del
momento (años ’50) y del estilo predominante de la obra. Para ello vamos a
escuchar una versión algo atomizada de temas que luego serán reinterpretados de
manera distinta en la obra, además de elementos propios para crear la imagen de
estar sobrevolando, de norte a sur, la España en ruinas tras la Guerra Civil (y
aquí se llama a la imaginación del oyente para ver las fosas comunes, las piras
ardientes, los campos de trabajo y los campos de concentración, que también los
hubo, las casas en ruina, los campos yermos, las mujeres vestidas de luto y el
aire frío y cortante de la sierra). Es el
plano secuencia con los créditos que va a terminar entrando por la ventana de
la casa de Torcuato.
Los aires de guitarra y piano remontan a la ruptura del
Grupo de los Ocho (Generación del 27) pero también a los compositores de la
Censura, como García Abril y otros de aquella década. Y es que a lo largo de la
obra vamos a encontrar inspiración en Bacarisse, Rodrigo y otros compositores
españoles del siglo XX entremezclados con la masa sonora, el minimalismo y el
atomismo (las vanguardias que nacieron justo en aquel momento).
La
Obertura está compuesta para un quinteto de guitarras y un piano de cola que
tienden a ir monofónicamente y, en origen, tenía una tercera línea de grave
hecha por membranófonos que desapareció para aclarar el conjunto. Las
guitarras, además, están panoramizadas en el reparto compositivo, es decir, que
si se presta atención se podrá apreciar como las notas se mueven en el plano
sonoro (porque qué viaje sería si no tuviese turbulencias). En cambio no hay un
gran contraste en la intensidad porque, vistos desde el aire, todos estamos al
mismo nivel y ésta es una obra que sólo recurre a veces a elementos físicos y
vuela más por los sentimientos o, al menos, busca provocarlos.
Vistos en conjunto, los tonos parecen formar un enjambre.
Como
decía antes, en la Obertura aparecen algunas de las melodías y motetes que
escucharemos a continuación; en el minuto 3:15 la guitarra representaba la
melodía que aquí empieza el clarinete. El capítulo y libro empieza con una
madre tarareando una coplilla y entendí que la voz era el símbolo que
representaba todo el ambiente del episodio; la madre, que seguramente no
conocerá bien la letra pero le será familiar, crea la atmósfera dentro del
hogar, y es por eso que el hilo melódico (clarinete) es acompañado de un fondo
minimalista de coro que, además, está modulado en el tono, es decir, que es
microtonalista. El resultado es una falta de brillo, una cierta suciedad
ambiental que se intuye también en el texto.
En el
segundo 46 hay una elipsis enlazada a cuando su padre le da las malas noticias
y “la voz” aparece, repetitiva, dentro de Torcuato. La notaremos enseguida
porque el viento metal deja que broten las ideas, que es la rítmica flamenca.
Me costó pensar en algo tan representativo como la voz, que se repitiese y no
constituyese un coro, algo que fuese claro a la vez que extraño y que nos fuera
familiar y, por suerte, tenía grabados sonidos de zapateado flamenco y caja
(porque todos los sonidos que se oyen están grabados de los instrumentos
originales y luego ensamblados digitalmente, no hay ningún timbre diseñado por
ordenador). En cualquier caso, si lees este artículo entiendo que es porque has leído la novela y,
siendo así, te acordarás que se repiten las frases y éstas van creciendo
dramáticamente, van cogiendo fuerza sin cambiar de tamaño físico; lo mismo que
hacen en la música. El abismo ante el cambio, la energía que se acumula, eso es
el viento que empuja a las voces.
Y, de
repente, la interrupción, los golpes en la puerta que irrumpen en la escena,
timbales y bombo, y el redoble militar representando a la Guardia Civil. Suenan
los platillos porque la puerta se abre de golpe y la música se vuelve
peligrosa, los timbales resuenan como el eco de los golpes en la puerta, la
trompeta (que bien podría ser la corneta militar) atraviesa los rizos en los
agudos y [1:51] toda la carga dramática enciende la orquesta como si una fuerza
superior a la del Ser humano aplastase con su bota a esos campesinos.
[2:30] Entonces
“la voz” vuelve transformando la impotencia y la ira abstractas en un
sentimiento negro, grave (contrabajos), que la retroalimenta. Encauza el caos
en una idea y, cuando calla [3:09] (y la cuerda frotada corta el ambiente como
un cuchillo), se vuelve voz hablada (en el libro) [3:15] y empieza el principio
del fin, el fin del principio.
Mi
intención era que la escena, musicalmente, estallase al final con toda la fuerza de los
símbolos: el coro (la madre), la percusión (“la voz”), la cuerda (la tensión
entre los personajes), el viento metal (el desbordamiento en los agudos, la
oscuridad en los bajos)… No es el Caos, son los ríos que confluyen en un mismo
punto y rompen al chocar.
Sólo el trabajo de mezcla antes de postproducción fue un infiernopara que se entendieran tantos instrumentos y se dejasen espacio al final.
Rejas
en el corazón es una pieza para piano que divaga de forma romántica y
melancólica por una tristeza ensoñada y algo infantil durante el capítulo
segundo de la novela. Está inspirada, en parte, en el pasodoble de 1902
“Suspiros de España”, popularizada en el cine y por el NO·DO y retransmitida
constantemente en la época de la Guerra Civil.
Al
principio, esta pieza, “El jardín de Tobías” y “El camino de baldosas
amarillas” no existían en el programa y se hicieron a mitad del recorrido compositivo
para liberar la tensión de las que quedaron entrelineadas. En ese punto, autor
y editorial sólo habían experimentado los sentimientos desagradables de la obra
(ira, peligro, desesperación, etc. y se habían topado con la masa sonora, el
microtonalismo y el atomismo, por lo que esperaban mucha mayor presencia
melódica en el futuro o la propia finalización del concierto peligraría. Por
suerte, parece que encontré el equilibrio entre lo visceral y lo estético, que
también se basa en algo que comentaré más adelante: la evolución del personaje.
La melodía (remarcada arriba y abajo) se distingue por tener la separación justa del fondo.
Masa
sonora y minimalismo crean una atmósfera eterea sobre la que navegan piano,
clarinete y guitarra para mostrar la desolación (dentro de Torcuato y fuera de
él, en la gran llanura yerma y salpicada de montes que es el centro de España).
Para poder crear esta masa sonora hubo que dividir en once secciones la cuerda
frotada y hay momentos en el que el cluster está formado por siete notas al
mismo tiempo.
Siempre
que he viajado por España me ha impresionado cómo los rayos del Sol impactan en
el terreno y lo convierten, a menudo, en un espejo luminoso sobre el que
solitarios arbustos, árboles centenarios y torreones en ruinas flotan y se
oscurecen cuanto más lejanos se encuentran. No podía entonces imaginarme otra
cosa que la luz cegadora entrando por el quicio de los portones del furgón y
por una diminuta ventanilla enrejada, y al protagonista perdiendo la fe y su
inocente esperanza conforme se alejaba de su casa, cómo la intuición de la
Verdad le devoraba por dentro como un runrún que presionase su cabeza (y por
eso el piano se transforma en parte del fondo como un riff repetitivo). Cuando
la escuches, espero que sientas un extraño terror encogiéndote el corazón.
O trabajas con una orquesta de decenas de pistas de instrumentos o a veces no conseguirás nada que se le parezca.
Se
podría decir que esta pieza es música de transición, una especie de fondo para
una escena de (falsa) liberación. Si quieres a un personaje secundario
bondadoso sólo tienes que enfocarlo en un entorno bueno en algún momento y ese
vínculo queda forjado con este “locus amoenus”. Ahora parece carecer de
relevancia pero se trata de una pieza sin la cual no se podría completar el
puzzle al llegar el desenlace y, por lo tanto, uno de los momentos clave para
que la rueda siga girando.
Además
quería crear una diferencia clara (que se apreciaría mucho mejor en una
película) entre el mundo visto a través de los sentimientos (en los momentos seleccionados en la música) y el
ambiente frío, real y diegético del manicomio: ruidos, golpes, gritos y, en algunas
ocasiones, también el más solitario de los silencios.
Sueño
nació como una obra que debía cubrir todo el capítulo 6 y era algo más del
doble de largo que lo que quedó finalmente en la Banda Sonora. De hecho, en las
partituras está reflejada la segunda parte como “Y despertar” y allí aparece
todo el escándalo al saltar entre las camas. Aunque está sin arreglar ni se ha
postproducido, se puede echar un vistazo a esa segunda parte que se quedó fuera aquí abajo. En cualquier caso, la parte que sobrevivió es etérea y una cierta
reinterpretación de “Alejándose de casa”, endulzando el recuerdo e idealizando
esa época dorada. ESCUCHA "Y DESPERTAR", DE FÉLIX ROYO
Como se
puede intuir, el personaje está intentado escapar de la locura a través de los
tópicos de la inocencia y de los mecanismos de defensa: negación y disociación
(“Rejas en el corazón”), represión (“Alejándose de casa”), formación reactiva
(relación con Agnus), condensación (“Oz”), desplazamiento (“El teatro y el
beso”), proyección (“Camino al paredón”), etc. Así que ninguna de las
experiencias que se ofrecen con la música son tan simples y hay que apreciarlas
en su trasfondo aún cuando parezcan abstractas y expresionistas a veces.
Esta
pieza, que empieza con un paso fúnebre y se desarrolla como un día que amanece,
no es sino un interludio que describe los jardines y los interiores del
manicomio en un paseo a cámara guiada; otro plano secuencia que tiene el propio
significado de que, pasada la primera parte, viene el cambio: el personaje se
va a tener que enfrentar a sus temores y a sus enemigos. Además, dejar sin
musicar la increíble ilustración de portada de Daniel Exposito Zafra hubiese
sido pecado. También, por lo que me han dicho, parece ser la pieza preferidadel editor
de la novela de todas las que aparecen en la B.S.O.
“Bienvenido
al mágico mundo de Oz” es lo primero que todo el mundo esperaría escuchar tras
estampar una casa destrozada por el viento contra una señora desconocida. Pese
a lo siniestro que puede parecer este inicio con un asesinato, lo cierto es que
la radio y el cine ha hecho mucho por convertir la historia fantástica de Oz en
un relato de aventuras y sobre la amistad que mana en unos desconocidos que
emprenden un viaje para superar sus problemas y carencias juntos. ¿Cómo
representar esto sin recurrir a una edulcorada canción que ya tenía más de una
década en los años ’50? Con un vivace molto animato yendo al presto, algo que
inspire a cualquiera a coger la chaqueta con prisa y a salir en busca de la
aventura del camino, de El camino de baldosas amarillas. Por otro lado, la
magia de convertir la lectura en imaginación fantasiosa no sería posible sin
una música ejecutada con spirito.
Las baldosas de este camino no son únicamente amarillas.
No fue
fácil representar algo como el camino hacia la muerte de unos hombres cuyos
sentimientos irían del orgullo por el sacrificio a la desesperación por la
inmutabilidad del mundo ante su muerte, así que hubo una docena de versiones
desde diversas perspectivas (Tobías, Torcuato, los maquis, el director del
centro…) hasta que un día me hinché de un valor triste, de ese sentimiento que
todos tenemos ante la injusticia y la impotencia (y que en estos tiempos lo
tenemos demasiado a menudo), y gravé esta pieza en la que imaginaba un paso
fúnebre visto desde los distintos ángulos hacia el muro y las miradas
cruzándose entre los personajes hasta llegado el punto [2:14] en el que cae
toda esperanza de que nadie haga nada por salvarles, los enfilan al paredón,
los fusiles se amartillan y… (fuera de música) son fusilados.
A veces lo más simple como crear una simbología para un instrumento como la flauta es lo mejor para transmitir sentimientos a lo largo de una obra.
Aunque
personalmente hubiese preferido componer algo todavía más cercano a Howard
Shore, ya que me imaginaba la escena desde una perspectiva similar a una
película de Cronenberg, decidí hacer algo que funcionase por sí solo, sin
necesidad de la imagen, tomando un inicio con elementos que varian el tiempo,
efectos como cresccendo en el viento o un falso delay en el piano y trémolo en
el contrabajo (como punzadas de alerta ante lo malo que se intuye), todo ello
para anteceder a la propia violencia, tal y como ocurre en el libro.
Es en
el segundo 50 cuando empiezanlos palos y abogo por crear malestar en el oyente
con la cuerda frotada (que ya la hemos escuchado antes como verduga implacable
en otros debacles sentimentales) puesto que los golpes y los gritos se los
puede imaginar, de forma diegética, mucho mejor de lo que ningún
instrumento lograría hacerle sentir. Además el oyente debe entender que el
significado de la escena no es la violencia por la violencia sino la caída del héroe, el
intento y fracaso que serán laboratorio de pruebas de lo que viene a
continuación.
La flauta travesera cambia de velocidad, decrece y crece en intensidad en poco tiempo.
Tras
varios intentos y una profunda reflexión, llegué a la conclusión de que la
única forma de representar una escena tan típica como adentrarse en un pasillo
oscuro tenía que tener el fundamento de deconstruir el espacio según la luz.
Como en música este concepto abstracto supone elegir otro lenguaje, elegí la
zona aguda del piano como la oscuridad, en la que la mente dibuja los esquemas
de lo que a la vista le falta, y los tonos medios como la luz o, mejor dicho,
la penumbra. Así pues, se podría hablar de una inversión del espectro visual y
su traducción a música. Prácticamente podríamos situar esta pieza dentro de la
Música aleatoria de los años ’50, como la de John Cage, o al menos, dentro del
Minimalismo.
Si todas las notas tienen la misma intensidad, ¿por qué las escuchamos distintas? No es magia, es controlar los sonios de la escala acústica humana según la frecuencia.
Para el
teatro quería una música que fuese alegre y moderna (según los estándares de
inicios de los ’50 y teniendo en cuenta que el jazz bebop no tenía apenas
influencia en España) y debía serlo porque es un tramo casi cómico y una de las
partes más amables de la novela.
Además
quería que contrastase ese primer fragmento con el beso, que debía ser la parte
más brillante de toda la banda sonora: la exaltación del amor por encima de
todas las cosas, pero haber hecho un contraste absoluto hubiese sido un error,
así que hay un silencio, que es un suspiro dramático, del que parte una
transformación que eleva el piano con la cuerda frotada (que se libera de las
cadenas de su función opresora para estallar jubilosa) hasta el climax
dramático (del cual caerá más adelante y del que resurgirá de sus cenizas).
Después
de esta pieza, de hecho, hay un gran silencio de un capítulo hasta que pasa todo el calvario y
eso es porque la crudeza del sonido diegético, del diálogo de la novela, cobran
más importancia en solitario que dando una continuidad musical a la conversión
del protagonista en héroe definitivo.
Cuando
me encargaron este proyecto, el autor de la novela, Juan de Dios Garduño, tenía
en la cabeza la existencia de esta pieza y no necesitaba nada más (si acaso
alguna otra parte representativa del libro), pero una obra musical bien relacionada
con una historia no se sostiene sola sin una lógica que la una entre los demás
elementos de la trama, así que me dispuse a hacer, bajo mi riesgo, toda la
Banda Sonora como un concierto de duración indeterminada que cubriese la novela
entera, elaborando las distintas piezas conforme leía el borrador digital, y
traté de encontrar algo más allá del sentimiento de Torcuato hacia la chica,
busqué un sentido universal para la historia de Agnus, algo que trascendiese.
Tal fue la complejidad de esta empresa que deseché una veintena de versiones
sólo por calidad espiritual, independientemente de su valor técnico. Y el
secreto no es otro que éste: Compone de forma que puedas llorar por un
sentimiento que sea tan real como en la ficción podría serlo. Si con
algo me puedo quedar de este concierto es haber conseguido el objetivo y que
ésta sea la pieza preferida por el autor. Ahora también la puedes escuchar tú
mismo aunque no tengas aún la banda sonora.
¿Qué pasa ahí debajo de los violines? Es el piano queriendo narrar una historia.
Decidí
dejar toda la parte de la escapada milagrosa sin música, incluso la parte de terror bajo
el manicomio, porque comprendí que si había dejado otras partes con la crudeza
diegética, era ilógico hacer una intrusión musical en esos momentos. De hecho, son
escenas que creo que hubiesen perdido intensidad al haberse diluido en música,
en lugar de ganarla. Así que, con una música de corte más moderno, renovada, damos un salto a cuando Torcuato vuelve a entrar y
corre para rescatar a sus amigos. La tensión crece, el tiempo se acaba,
los peligros no esperan al héroe.
No voy a detallar esta parte para no desvelar el final de la
novela; simplemente situaré su inicio en el momento en el que les apuntan con
la pistola. Aparecen nuevos e inesperados instrumentos de timbre similar y que
he dejado como representantes de los últimos avisos de peligro: el órgano de
tubos y la gaita. ¿Eso es todo? No, la flauta travesera toma su lugar porque
tiene un papel fúnebre (¿la recuerdas de “Camino al paredón”?). Hasta ahí el
sacrificio y el réquiem, la vuelta a la realidad se encuentra entre los minutos
1:51 y 2:13, solapándose en el tiempo con los últimos segundos de vida porque el valor del tiempo es crucial para
el final de esta historia.
El 17 de enero de 2013 se añadió al disco una nueva pista de seis minutos correspondiente al capítulo final (cierre) de la novela y, sin ánimo de hacer spoiler, sólo diré que es una reinterpretación de la melodía central de Agnus como variación. Se trata de una pieza para piano que fue tocada y grabada en directo y sin cortes, con un carácter menos orquestal y más íntima. Se puede escuchar y descargar gratuitamente.
Algunos links que pueden interesarte...
Editorial Tyrannosaurus Books y página del libro [^]
Grupo en Facebook de "El camino de Baldosas Amarillas" [^]
Nota de prensa de la editorial [^]
Web de la Banda Sonora [^]